en tu mirada
no quedaba nada de vergüenza
para un inmoral
no hay límite
ni vidrios que corten
no veías la sangre
ni el hilo correr por la cara partida
a nadie
le diré
sobre tu abrazo
ni el calor de tu cuerpo
ni el envión
de los pies
al unirse
ya no soy la misma
ni el cuerpo
ni la voz
más luz
más aire
menos rencor
menos
nada que hacer
cuando se quiere
de verdad
seguir
el camino de este olvido
con la conciencia clara
no puedo mentirme
he dejado la piel
puesta a secarse
en algún rincón de tu cuarto
y ya
no puedo volver atrás
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