miércoles, 27 de junio de 2012

espero la tormenta en mi cueva

espero la tormenta
en mi cueva

veo avanzar sobre mí
la masa gris y silenciosa de nubes

mis pensamientos
han dejado la oscuridad

el cuerpo liviano
en eje con un centro
desconocido
con la voz más allá de la tormenta

mi memoria intacta
pero muda
ha creado una círculo de sal
una guarida en la roca
donde duermo
desnuda


tengo la lengua rota
para el mundo
pero vibro

mi cuerpo
es un templo en el universo
y respiro

martes, 26 de junio de 2012

Ariadna


Hermosos, Ariadna, los cordeles que nacen de tu ombligo.
Hermosa la forma de dejarnos tu rastro y tu olor,
tu sombra como de violín, retenida en las cuevas.

Las flores habían crecido en el laberinto:
se enredaban en los cables, en las antenas,
en en los huesos blancos de los que no llegaron.
El mismo olor a muerte, siempre.
La misma historia.

Sólo que esta vez -como cada vez-
hombre y minotauro coincidieron
en la misma carne:
se comieron las frutas,
los dulces pájaros,
tu dócil aura de virgen.

Luego hicieron un dogal para tu cuello, Ariadna,
suavísimo pero inexpugnable,
con los lazos de tu pelo y tu cintura,
y tiraron fuerte de él, muy fuerte,
las dos mitades de la misma bestia.

lunes, 25 de junio de 2012

mute

tuve que vivir el silencio
para poder hablar
tuve que mirarme las manos rojas
las mismas que usé para abrazarte
para ponerlas
ahora
fuera del fuego
para que no arda el último respiro de mi vida
en el letargo
de los laberintos
y las cárceles

tuve que habitar el silencio
para callarme
para quedarme desnuda
en la intemperie
bajo la ilusión desamparada
de los astros

entonces vi mi rostro
mi cara
frente al balcón
los lunes
no son tan duros
cuando despertaba a tu lado
y ya no
pero está bien
lo acepto
un precio insano
pago por mis propias palabras
sentir entero el corazón
aunque desolado

el Silencio habla en mí
y en cada minuto que despliegan
mis alas
sobre los tejados
las palabras
terminan sanando
el viento todo lo dice
en las aves y los árboles
es un canto

lunes, 11 de junio de 2012

allí donde escinde

voy a buscar la voz a su guarida
quiero que sea clara
que me escuche
cuando pregunto
que no me interrumpa
que no me confunda
más
porque más confundida no puedo estar
quiero escucharla debajo de mi nuca
quiero sentir el frío
ahí
anidado
en las orejas
y las palmas
ese frío
que antecede
el calor
la luz
el golpe del rayo en la tierra
ese frío blanco
que está antes
de la palabra
que habla con la frecuencia
del anillo de Saturno
esa voz que al cerrar los ojos
que al mirar adentro
que al ver
lo mira todo
con la claridad del lince
con la fuerza del jaguar
y la existencia se vuelve
pequeña
un suspiro
en la palma
de los iluminados
en la boca de los  agujeros negros
quiero oír la voz
que estoy apagando con mis miedos
quiero sentirla
 uniendo mi cuerpo
al eje
de la tierra
transformando todo el universo en un segundo
mudando la piel
desnudando uno a uno
todos los latidos