viernes, 21 de junio de 2013

andén uno

tenía que hacerlo
algún día alguna vez
tenía que acercarme al andén
mirar los frenos que no alcanzaron
a parar la muerte
mirar las piedras sucias
la basura
mirar el piso
luego la pared
y aunque hayan pasado tantos meses
un año y tantos meses
dejar que mi mente
recree
que haga palpable el horror
que le dé cabida
a la imaginación de la muerte
al horror de la muerte
a los nombres puestos en la pared
a la vida
de los que hoy están puestos en la pared
tantas veces
había huido
para no ver
para no dejar que me tocaran esos nombres
y ayer
que era tarde
y hacía frío
y el tren partía
desde el andén uno
vi que había  gente
que trabaja en un feriado
la gente que trabaja
y toma el Sarmiento
un feriado
que miraba la pared
y supe
que con seguir
de largo
ya no lograría nada
que tenía que mirar el dolor de los demás
de los cincuentayun
demás
para entender
o querer hacerlo
dejar que mi mente
intente sentir un segundo
lo que ellos sufrieron
tenía que leer los nombres
y llorarlos
tatiana embarazada de uma
chumi
dionisia
nicolás
tanto dolor
tanto dolor
lloro
pero mis lágrimas no dicen nada
ni llenan ningún vacío
lloro
y me doy cuenta
de mi suerte
y de la suerte del mundo que vive sin suerte
porque todo es azar
y nadie puede decir mañana
otros miraron también
los nombres
otros  pegaron 
la cara de algún dios
la cara de un santo
con el corazón abierto
el rostro blanco de una virgen

después hay que subir
al tren
que llega al andén uno
la gente no deja salir a los que llegan
entran apresurados
a buscar un asiento
y cuidarse del frío
yo no entiendo a este mundo
digo
yo no lo entiendo
pero sé que cada tanto
la humanidad queda desnuda
y vamos sin saberlo
a perdernos
y a encontrarnos
en este universo
 la vida sigue
parece
en el tiempo de las rutinas y los hábitos
pero no sigue la vida
ya no
ya nunca más igual
se detiene
una vez más y para siempre
cada vez que no frena
el tren que no frena
y la muerte se despliega con su mugre y con su canto



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