sobre el puente de liniers
sobre las vías del Sarmiento
la veo recortarse contra los edificios y la autopista
la miro seguirme por la avenida sin árboles
la avenida de los locales de armadillos
la veo sentarse en los semáforos y sonreírme
sin rostro
sin voz ni rostro
la luna me mira a mi
yo no la miro
yo me estoy viendo a mi misma
cuando la miro
entre ella y yo
no hay secretos
y todo fue dicho
y todo permanece oculto
en un hueco de mi lengua
que no puede hablar
en un centímetro de mi ser
que he olvidado medir
con estas manos
con estas manos y estas palabras incompletas
desde siempre
la he sentido
desde que era una niña
desde ahora
que sigo siendo una niña
todo lo que me dice
es un susurro
una mano de leche que me arropa en los suburbios
una manta que me cobija
en el delirio
del extremo de la cama
y los bordes
los bordes de la razón
que son los mismos que los del lenguaje
que son los mismo que los del mundo
si mañana el mundo se apagara
no habría más palabras
pero seguiría estando
la luna
sobre los escombros
sobre las montañas
y la oscuridad
y aunque no estuviera
sabríamos
que nos ve en la distancia de su órbita
somos una
somos una
no hay fisuras en el puente que nos une
en el cordón que nos trae al universo
donde ella vaya
yo iré
y hablaré con la misma vibración que deja en las mareas
las mareas azules
y los peces
estamos hechas de agua y ciclos
fértiles cuerpos blandos
de hidrógeno y de helio
estamos hechas de la misma materia
que los sueños y las siestas y las mañanas
por eso tengo que cantarle
donde vaya
cuando vaya
como vaya
desnuda bajo los árboles
desnuda frente al mar
con el corazón en la mano
y mirándola fijo
porque todo lo que ella
me dice al oído
es un ritmo que olvido
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