lunes, 3 de febrero de 2014

habitar la nebulosa

Ahora
que en los vagones se fuma todo el tiempo
porque no hay vigilantes
pero tampoco
un poquito
de más allá
está el otro
ahora
que el sol te pega de frente
y ves
las bolsas negras
que suben en flores
y se acomodan contra la piel
ahora
el viaje
se hace más largo
se estira
y no sabés distinguir
entre los efectos de la marihuana
ajena
o la desidia de las vías

las puertas se traban
sin poder evitar
demoras
pero quedan abiertas
y el viento
tose
tosen
tosemos
todos
tosemos
se pierde el humo
y en el más allá del otro
hay bebés
viajando
tripeando
por primera vez
mientras toman el pecho de su madre

el humo que entra con ellos
se parece
a un recital de rock
alguno de los que poblaron
el vacío de mis días
pero no
no hay música en el vagón
y sólo es el efecto
de un viaje
de flores a ramos
nada más:
un minuto en la historia de una nación muda
que no existe
ni ahí
en la historia del universo
pero los andenes
oh dios
los andenes
han decidido
abrir un agujero en el espacio
para que toda la materia oscura entre
para que todas las moléculas de lo invisible
que componen el mundo
como lo queremos
como lo vemos
como lo queremos ver
digo
mientras saboreamos una teta
enorme y morena
que huele a leche
pero también a hojas de hierba
y amoníaco

el tiempo es así y de esto se harán
las historias
que pueblen nuestras vidas
y queden sin letras
pero grabadas
sobre la tierra
así que fumarme lo infumable
lo que no quería fumar
antes de conocerte
antes de saber cuál era tu rostro
que era el mío
antes de saber cuál era mi rostro
y que era tu voz
la que tenía que oír
esa noche
que todo lo que hacemos es para oír
una voz una noche
que nos salve de la desesperación
que nos deje
sentirnos menos solos
menos solos y con más sentidos

con más gaviotas puestas
entre  los dos
a navegarnos
con todo lo que una gaviota puede habitar
desde la conciencia ínfima del mar
y su existencia
y todo lo que entra por mi nariz
y por mi boca mis ojos y mis oídos y mis agujeros estos agujeros
(eso
otra vez
de la materia oscura y el vacío)
las distancias entre tu cuerpo y mío
el humo del mundo
y los niños del mundo
y la distancia entre tu voz y la mía
cuando se quiebran todos los gusanos
cuando las puertas permanezcan
en la quietud inalterable del silencio
y no nos quede más que detener los trenes
y habitar la nebulosa
para ser
los que estábamos llamados a ser
alguna vez
en algún lugar del tiempo

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