lunes, 11 de noviembre de 2013

once es un número maestro

sostengo la planta de mis pies
sobre el suelo
con frío
siento
en ese frío
la necesidad de aprender a abrigarme
cuando el viento sopla
bajo las nubes
y parecen que se mueven las estrellas
con la música
pero no
es tu vida
la que se mueve y también
es tu vida la que se sostiene
erguida en el frío
el gusto
por la nostalgia del agua y del hielo
que traigo desde lejos

a veces saber
es una soledad enorme
y ver pasar las horas
frente al mar de luces que se van más allá de las torres
y la calle empedrada
me deja muda
y con la fatiga de las horas sobre los párpados:
me pesan
cada vez más
los días

una vez
alguien me dijo
que mi número
era el once
número maestro
me dijo
y me habló de la soledad de los muros
y los libros blancos
de la luz
y la enseñanza
y los caminos
te bastas
me dijo
y lloré
no le dije nunca a nadie
la verdad
pero lloré
porque a veces
ver
la verdad
es doloroso
siempre lo es
porque aceptarse
en el signo de lo que comprendemos
pero olvidamos
se parece
a una  muerte

morimos dentro de nosotros mismos
para nacer
de la piel
que dejamos
quemar
quermarnos
hasta arder
o hasta latir
que debe ser lo mismo

desde este faro
donde vibran los rumores de la ciudad
bajo el silencio incauto
desde esta torre
de palabras

el fuego se apaga
cuando
todo se ha convertido en cenizas


1 comentario:

  1. bellísimo Caro!
    "y parecen que se mueven las estrellas/con la música/pero no/es tu vida".
    Aprovecho para contarte que el 11 también es mi número (la suma de mi fecha de nacimiento y el año da 11, así que es mi número, no?)
    Saludos enormes!

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