miércoles, 27 de noviembre de 2013

cuando el mundo tiembla

me ha dejado aturdida
la desesperación
la línea fina que separa
la vida
de la locura
de la efímera estabilidad de la palabra

por qué la memoria
en su manera de tocarnos
quiere hacer un relato
de todo lo que rompimos con nuestras propias manos

hay un precio que pagar
el silencio mortuorio
del espejo
todo lo que se sostiene
en la sordidez de la noche
todo lo que dejamos
sin decir
como un cuerpo vaciado

la distancia
entre las personas que se han amado
la ausencia
de los que ya no están

lo que vuelve
tiene una manera de latir
un sentido
puesto en incógnitas
todo el tiempo

ahí donde quema
donde escinde
la fisura perpetua de la existencia

hoy no me escuches
creo que es mejor
apagarlo
todo
las pantallas
los discos
quemar los libros
separar la noche del sueño
y echar para atrás
cualquier laberinto
cualquier rodeo
alrededor de lo mismo

levanto el teléfono
para oír
la voz
de los que me traen a este mundo
tomo un vaso de agua
dejo de pensar
en la pena
del extremo
en el infierno del que se ha quedado sin palabras

porque es un momento
porque mañana
el sol
seguirá su curso
y el mundo y su derroche
y no pueden vencernos
maestro
cuando tenemos un segundo ganado a la eternidad
podrán golpearnos
y darnos fuerte
pero no podrán vencernos

lo que se transforma
se transforma para siempre
no tiene vuelta atrás
no tiene retorno
sobre sí mismo
aun cuando
el mal se avecine
ya no será el mismo

dejá tu cabeza en mis manos
dejá que tus palabras
salgan
de la boca
dejá que la música sane
y todo siga el camino de la luna
que nunca nunca nunca
es el del olvido

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