la oscuridad
es intemperie en la ciudad
es el eslabón roto
la materira oscura que navega entre nosotros
todo este frío
que no abriga
a pesar del fuego
sobre las sendas peatonales
y las esquinas
todo el desasosiego
de los muebles rotos
las ventanas
empañadas
sólo se ven estrellas
y luces pegadas al asfalto
y el esqueleto negro
de una ciudad
que trata de sobrevivirse
que no quiere morir
ahogada en su propia negrura
levanten un muro
alrededor de los muertos
los muertos de verdad
déjenlos solos en sus castillos
y sus torres
y vivamos lejos del norte
el oeste
es un lugar con senderos de árboles
y aves
camino a las casas bajas
y el recuerdo de las vacas
en el pasto
el sur
las veredas de los viejos días
y las calles de los viejos días
y los negocios con ventanales
de edificios derrumbados
que se habitan solos
los adoquines
en el sur
jamas podrán reemplazarse
por recuerdos
quedémonos
entonces
entre los puntos de la estrella
que no traicionan
nunca
donde todavía brillan las hogueras
y la noche
se puebla de voces
y de mares naranjas
es un refugio
es un refugio
es una cueva salida de la noche
es una luz pequeña
que atraviesa la angustia
es un refugio
y sigue siendo la ciudad
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