Ahora
mientras espero la carta de cinco letras de mi amante
espero la lluvia también
el verano sobre el techo y la pantalla y el reloj
que se ha detenido
como cuando olvido colgar la ropa húmeda
y se toma de un sudor y debo lavarla otra vez
mientras en una lista que nunca cumplo
se suma cambiar la luz del lavadero
pero es que odio
odio
la luz artificial
amenazando lo que me queda
lo poco que me queda
de aire
hace calor como para sacarse la piel
me la quedo de todas maneras
pegada por la nuca
apenas
una pelusita que el aire suaviza
ahora
mientras espero la lluvia
todos esperamos la lluvia
se derrama un viento
que trae tormenta porque siento su aroma
con solo asomar las cara más allá del balcón
los robles de abajo bailan
sobre el cielo casi amarillo
las nubes avanzando como dragones blancos
corriendo una estampida de fieras mudas
el rugido viene detrás
con la luz y las espadas
ahora
las fauces de los animales
se persiguen arriba
se han comido las estrellas
y si
dejo que se callen los demás ruidos
las langostas de metal
el gusano de hierro
el deslizarse por el asfalto bañado en brea de las serpientes nocturnas
si dejo que todo se calle
hasta la voz en mi cabeza
entonces escucho en el viento
que está a punto de traer agua
el golpee de toc toc del canto de la rana:
Ella
Siempre supo que llovería
Señorita K, qué buen poema, qué linda imagen (aunque no siempre) aquella, la del reloj que se detiene, suspendiendo el tiempo. Es linda y anhelada por los amantes aun en la tortuosa espera del ser amado; y odiada por aquellos que soportan la soledad y el desamor, entre otros tormentos, y no les queda otra que aguantar el goteo del reloj...
ResponderEliminarTe mando un beso, hasta pronto
(esperemos que en este caso, el reloj gotee lentamente!!!)