No busques en mis labios tu boca,
ni en la puerta al extraño,
ni en el ojo la lágrima.
Siete noches más arriba
pasa el rojo hacia el púrpura,
siete corazones más adentro
insiste la mano en la puerta,
siete rosas más tarde
se escucha el rumor de la cisterna.
De noche, cuando el péndulo del amor
oscila entre el siempre y el nunca jamás,
tu palabra derriba las lunas del corazón
y tu ojo azul -borrascoso-
le entrega el cielo a la tierra.
Desde una lejana arboleda
oscurecida por el sueño
llega hasta nosotros el aliento
y lo que perdimos transita inmenso
como un espectro del futuro.
Lo que ahora se hunde y se levanta
quiere lo sepultado en la entraña:
ciego como la mirada que cambiamos,
el tiempo lo besa en la boca.
viernes, 26 de febrero de 2010
viernes, 19 de febrero de 2010
Caroline de Gundorode
en nastalgique je vagabandais
par l'infini.
C. de G.
a Enrique Molina
La mano de la enamorada del viento
acaricia la cara del ausente.
La alucinada con su «maleta de piel de pájaro»
huye de sí misma con un cuchillo en la memoria.
La que fue devorada por el espejo
entra en un cofre de cenizas
y apacigua a las bestias del olvido.
lunes, 15 de febrero de 2010
Carter
Si me vieras hoy
sobre el cielo roto por las vigas
El hierro recalcitrante
El indicio mórbido y verde
como musgo de un túnel húmedo
Al contar uno, dos, tres…
Al contar
Se abre
la pirámide
y la curiosidad del profanador entra
justo antes
que el cuerpo
justo antes
que la plaga filosa sobre su cabeza
para cercenar
cualquier intento de codicia
El sendero en mi selva
la que
guardo como un murciélago dormido
o una semilla de amapola
Vivo lejos del tumulto
pero respiro
y cuando se ensancha el cuello
el hormiguero
un frío sudor de botellas
recorre mi sien
y sufro
Si vieras hoy
El exterminio secular de las almas
Momias cruzadas sobre el vientre
el huequito cálido de la córnea vacía
Y en el sueño
la cueva aislada de los talones
Y en la cueva
un río frío y tumultuoso
una cúpula de vidrios pálidos
a veces azules
a veces oscuros
casi una tormenta pero adentro
en la que el ojo se fija
apenas sobre el cielo oxidado.
El río canta en su calle
como para sentarse a escuchar.
viernes, 12 de febrero de 2010
The end is near
Dijiste que escribiera todo lo que soñara
Dijiste que no deje de escribir
Sigo con mis sueños apocalípticos, sabés
vienen a mí
Sueño con fuego
Siempre hay algo incendiándose
La primera vez fueron tres enormes estrellas
Las tres marías
Se hincharon como globos de fuego
y todo el cielo se oscureció
y las otras estrellas apenas fueron una sombra azul
Sobre un enorme esófago negro que se tragaba el mundo
Tres enormes pelotas de helio furioso
Tres soles sin nombre
Y veíamos desde los techos y las calles
Todo aquello
Nadie pronunciaba palabra
Nadie desviaba la vista
Las bolas rugían como tormentas en el mar báltico
Y de pronto comenzaron a escupir largas serpentinas rojas
Escamas que incendiaban el sendero del gas al caer en la Tierra
Fuegos artificiales que quemaban los árboles
Como las hogueras del último aquelarre
Es el fin. Me dije. Sabiendo.
No tuve miedo. Me desperté
Ayer,
Soñé que venías de un viaje de pastillas
Los dos. Los dos.
Yo despertaba de una alucinación también
En el trip del sueño boy olmi y yo caminábamos por la ciudad
Habíamos ido al teatro
Era de noche en la Ciudad.
Y después llegábamos a un bar o un ritual de opio
En el que me dormía
Y volvía a despertar
En una casa de gesell
De esas que jamás compartimos
Vos me traías una taza de café
Recién te habías despertado pero ya estabas vestido
El pelo crecido
La barba mal cortada
Estabas más pálido
No tan
No tan
Colorado
Y te contaba mi sueño
Y te decía boy olmi eras vos
Y vos te reías
Porque ya lo sabías
Porque habías usado una máscara
Y siempre habías sido boy olmi
Para mí
Mi boy old
My old boy
The same old boy
-my boy
Y me decías:
Hay que partir
Hacía calor
Y abrías una puerta de esas de aluminio
Que solo llevan las redes de un mosquitero
Y yo apenas había logrado tomar un saco
Y al salir miraba la pantalla
Las imágenes sordas de los noticieros que mostraban
como el fuego que caía del cielo quemaba el mundo
Y el mundo era ceniza y brasas
y sólo se veía más fuego caer de las estrellas
y una tormenta de humo negro que se tragaba todo todo a su paso
y yo te dije es como en mis sueños
Como en mis sueños
Ya sé, me dijiste.
Tomamos una ruta
Los lados de la carretera ardían todavía
No quedaba nada en pie
Y me dije
Es el final
Me dije este es el final
Y vos me dijiste
Ya sé
Y yo no tuve miedo
No tenía miedo
Y me desperté
lunes, 1 de febrero de 2010
Ahora
Ahora
mientras espero la carta de cinco letras de mi amante
espero la lluvia también
el verano sobre el techo y la pantalla y el reloj
que se ha detenido
como cuando olvido colgar la ropa húmeda
y se toma de un sudor y debo lavarla otra vez
mientras en una lista que nunca cumplo
se suma cambiar la luz del lavadero
pero es que odio
odio
la luz artificial
amenazando lo que me queda
lo poco que me queda
de aire
hace calor como para sacarse la piel
me la quedo de todas maneras
pegada por la nuca
apenas
una pelusita que el aire suaviza
ahora
mientras espero la lluvia
todos esperamos la lluvia
se derrama un viento
que trae tormenta porque siento su aroma
con solo asomar las cara más allá del balcón
los robles de abajo bailan
sobre el cielo casi amarillo
las nubes avanzando como dragones blancos
corriendo una estampida de fieras mudas
el rugido viene detrás
con la luz y las espadas
ahora
las fauces de los animales
se persiguen arriba
se han comido las estrellas
y si
dejo que se callen los demás ruidos
las langostas de metal
el gusano de hierro
el deslizarse por el asfalto bañado en brea de las serpientes nocturnas
si dejo que todo se calle
hasta la voz en mi cabeza
entonces escucho en el viento
que está a punto de traer agua
el golpee de toc toc del canto de la rana:
Ella
Siempre supo que llovería
mientras espero la carta de cinco letras de mi amante
espero la lluvia también
el verano sobre el techo y la pantalla y el reloj
que se ha detenido
como cuando olvido colgar la ropa húmeda
y se toma de un sudor y debo lavarla otra vez
mientras en una lista que nunca cumplo
se suma cambiar la luz del lavadero
pero es que odio
odio
la luz artificial
amenazando lo que me queda
lo poco que me queda
de aire
hace calor como para sacarse la piel
me la quedo de todas maneras
pegada por la nuca
apenas
una pelusita que el aire suaviza
ahora
mientras espero la lluvia
todos esperamos la lluvia
se derrama un viento
que trae tormenta porque siento su aroma
con solo asomar las cara más allá del balcón
los robles de abajo bailan
sobre el cielo casi amarillo
las nubes avanzando como dragones blancos
corriendo una estampida de fieras mudas
el rugido viene detrás
con la luz y las espadas
ahora
las fauces de los animales
se persiguen arriba
se han comido las estrellas
y si
dejo que se callen los demás ruidos
las langostas de metal
el gusano de hierro
el deslizarse por el asfalto bañado en brea de las serpientes nocturnas
si dejo que todo se calle
hasta la voz en mi cabeza
entonces escucho en el viento
que está a punto de traer agua
el golpee de toc toc del canto de la rana:
Ella
Siempre supo que llovería
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