lunes, 27 de enero de 2014

la lógica nunca falla

siguiendo la lógica de esta relación
a mí debería dolerme el olvido
la lógica nunca falla.
odio la lógica,
¿te dije?

tal vez sea mejor así
que cada uno se quede con lo mejor que le dejó el otro
aunque sea poquito
aunque sea mucho

no sé si tengo resto para encontrarme con vos
creía que sí
pero no
tampoco creo que necesites eso

así que no vamos andar revolviendo mierdas que nunca existieron
¿verdad?
yo te quise
y vos, a tu manera, también
todo el resto
recuerdos
cosas sin realizar
sensaciones que nunca se materializaron

salvo
claro
que necesites el cd de fun people
o el cd de santana
o algún otro disco que ya ni sé cómo se llamen
salvo que me necesites
claro
pero no
la lógica nunca falla

y el camino del olvido es largo

si me dejás
me quedo con tus souvenirs
amo coleccionar
huellitas de pasado
estas las guardo sin rencor

por eso son únicas.


hasta siempre, Mr. F

viernes, 17 de enero de 2014

lavarropa no dinero

 abrir cajón
poner jabón
suavizante
quita manchas
en los lugares
marcados por los dibujitos
(íconos que no recuerdo)

dar vuelta al reloj hasta el número ocho
(está borrado, pero se puede deducir cuál es;
 recomiendo volver a escribirlos con un fibrón,
yo lo hacía por inercia)
el ocho es el lavado más común y rápido.
Hay otro más largo para prendas muy manchadas
o difíciles
pero yo no lo usaba
si no me equivoco
en determinado momento
se detiene el lavado
y entonces
hay que darle
apenitas
una vueltita más
al reloj
muy suave
así centrifuga
cuando termina ese paso
ya terminó todo el proceso
o sea: listo.
tenés tu ropa lavada.

no lo usen para lavar dinero
no lo recomiendo
los billetes se rompen
las monedas
en cambio
brillan más

y por favor,
hagan lo que hagan
no metan al gato
dentro del lavarropas
es mentira que sale volando
como un pompón, sabelo

beso

martes, 7 de enero de 2014

gesto


I

habrá que admitir
que aún cuando
las tormentas
son terribles
y arrasan con todo a su paso
y nos dejan ante el miedo del agua
y nos detienen en el tiempo
son hermosas
antes de estallar
aunque nadie mire el cielo
y piense qué habilidad tiene en su arte
la naturaleza
que todo lo destruye
para golpear con la belleza el ojo
y nublar el ego
la estructura invencible de lo que se desvanece

hoy
en el camino
antes de que lloviera
y temblaran las ciudades
una mujer peinaba
el pelo blanco y anciano
de su madre
lo acomodaba hacia atrás de su oreja
y le miraba la cara
simplemente
con amor
la boca de tortuga
sin dientes
de una vieja  madre
de una mujer venida
de la tierra
hace tanto tiempo
como su memoria eterna
capté
en ese segundo
el amor
y supe
que
esta existencia terrible
tiene un pulso
imposible de nombrar
impotente ante este lenguaje
se nos está escapando
lo que late
lo que ruge
el color de los cuerpos cuando sienten
y cuando ya no sienten
cuando por fin se apagan

todo hombre
y mujer
ha conocido
aunque sea
una vez
ese ritmo
está inscripto en las células
que compartimos
con las nubes
y los árboles
pero lo olvidamos
como olvidamos
dejar pasar la furia
o no atenderle el capricho
a la ambición
y por eso
estamos condenados
a volver
a repetir
todos los obstáculos
todos  los procesos
hasta aprender a ser uno con el mundo
y con los seres
y la materia de nuestros miedos


II
supe
que ese lugar que habita tu recuerdo
en mí
no es capricho
sino ley
que rige
las mareas
y los lagos
es la circunstancia perfecta contra el olvido
 la verdad de lo que habita en mía través tuyo

supe
que alguna vez
en algún momento de este mundo
yo debo haber abrazado tu espalda
para cubrirme del trueno
y tu mano debe haber peinado
mi pelo
detrás de mi oído
y seguro  me miraste
y dormimos
y ese segundo quedará indefenso
pero perpetuo
ante el silencio 

jueves, 2 de enero de 2014

la sed

He dejado pasar horas
sin abrir la boca
frente a la hoja
y sólo quise abrigarme
ante el calor
de las supernovas
con el frío
de mi silencio

vi el último sol del calendario
descender sobre el horizonte de metal y hierro
donde antes
antes del hombre
y de la América
había ciénagas y río

todo cambia
a nuestro alrededor
pero perdura
la pequeña certeza
de la luz
las estrellas
cuando están
altas en el cielo
son apenas
un recuerdo

no sintamos pena
por el tiempo
no puede medirse
la experiencia
ni siquiera
con este aparato imperfecto
traído desde la lengua

hay un desierto que se abre
para recibir el mar
la calma que antecede
a la muerte
la sed del que no deja de caminar

más tarde llegó el agua
habían pasado demasiadas horas
y ya sentía liviano
el peso del cuerpo
sobre mis pies
abrí la boca
bajo el cielo
dejé que el aire saliera
caliente
dejé que entrara la calma
y una gota
y otra
y otra más