miércoles, 18 de abril de 2012

Cazafantasmas

Todos los martes
me acuesto y veo los cazafantasmas
pasear por la tele envueltos en blanco y negro
repitiéndose como una cinta del pasado
residualmente
una y otra vez hasta que se acabe el tiempo
y  muestran su hilito verde de voz
la sombra la luz la esfera violeta y dorada
de lo que quedó de su espíritu
de lo que dejaron atado a esta tierra
el gemido en el fondo de la cueva o el altillo
los golpes en la pared
las puertas que se abren se abren se cierran
(o es el viento
o es la imaginación
o es mirar por el rabillo
una realidad
que no que no es lo que parece
o es creer)
Todos los martes
me duermo oyendo a los cazafantasmas
buscar las enormes esferas doradas
buscar los campos medidos de magnetismo
electrodos
que cruzan el universo
y el tiempo perenne de los cementerios
imposible de medir
de meter en un relato guionado
imposible de responderme
aún cuando ya lo haya dicho todo
y sólo así puedo dormirme
con los fantasmas rondando mi cabeza
y ellos detrás
 todos detrás de la prueba
la evidencia completa de sus voces y sus pasos
porque así entonces podré confirmar
lo que perciben mis sentidos
en este cuarto chico
habitado también por un fantasma
en este limbo azul y blanco cuando son las tres de la mañana
y lo oigo moverse y tocarme los pies
y lo oigo llamarme
y cuidarme en las noches
entonces así
mi mente se queda tranquila
porque
todas las noches me acunan los pasos
de mi  fantasma

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