Atenta
a la lucha de los silenciados
soldaditos con ojos furiosos
los dientes limados
por la máquina de hacer trizas el alma
un ejército
de nómades sentimentales
acostumbrados
a herir
con las lenguas afuera
con las manos cubiertas de llagas
la defensa imposible del territorio
palabra por palabra
comienza por el blanco
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