miércoles, 14 de septiembre de 2011

Hélices

mañanas puro sol
azul  rugido
los árboles
son uñas verdes
la esperanza silenciosa
de un ciclo que no sabe detenerse
como el viento
susurrante
y todavía frío
todavía frío
que sacude las almas
de los primeros llegados
de los intrusos y los advenedizos

las alas caen
secas
en el lecho
de la calle empedrada
todavía hace frío
quiero retener el recuerdo
la sensación en mi alma que
gusta de cuevas nocturnas
todavía hace frío
casi un disparo
una luna
como un cristal perpetuo
o un rubí

la resistencia de la lengua
a enterrarte
la resistencia
sólo se doblega ante los insectos

3 comentarios:

  1. bellisimo!!
    :)

    ana claudia

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  2. genial, genial, genial.

    si, Ojo. durante el día no hacemos más que hablar y hablar y olvidarnos de aquello que anhelamos, aquello que enterramos.

    Hermoso poema hermosamente escrito.

    La primer parte me inundó de una melancolía inmensa, teñida de las sensaciones naturales que transcribis. Hasta la sensación en que tu alma gusta de cuevas nocturnos convierte esa melancolía en complicidad con el léctor, que guste o no de las cuevas nocturnas, capta tu presencia en el poema. Y los últimos cuatro versos me desconcertaron y me dejaron pensando. Me gusta cuando pasa eso. Me gusta mucho!

    Seguís escribiendo uno de mis blogs favoritos!

    Saludos!

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  3. La resistencia de la lengua...

    Me encantó...nueva seguidora a partir de hoy! Un placer encontrarte!

    (M)

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