a horas
o centímetros de verte
y la curva de las probabilidades
se achique
a mi favor
como una balanza
de sarmones
o un árbol de estiércol
todos ensimismados
o cubiertos de musgo
viejos mausoleos
rostros encallados
en un vórtice
nunca
nunca nunca nunca
nunca
te dije
mientras
volvíamos atrás las manecillas
que esta noche
no se acabe
pero los diarios
no tienen alas
para anunciar los cataclismos
ni para detener el cauce
la verborragia indómita de las masas
pidiendo que el tiempo
sepa detenerse
sabiendo que lejos
detrás del sendero y la colina
todavía habitan
estas hormigas
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