Es un mundo pequeño y no suelen quedarme muchas certezas
pesa el tiempo la historia la vida gris sobre los hombros
y a veces no se entiende cuánto más intento no entiendo
o ya no me importa
a veces sólo quiero callar estas voces
a veces sólo quiero
y te tomo los dedos suavecitos y fríos
y te tomo la muñeca
y recorro hasta tu oreja
un sendero que suena tintinea
como un alambre arrastrándose en la tierra roja
es un camino que olvido para reinventarlo con nuevos nombres
dura apenas un instante
que se extiende como una sábana
y las horas terminan por derrumbarse en el reloj de la sala
La cabeza ladea: nada por aquí nada por allá
la magia no aparece … está dormida en mi regazo
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