lunes, 30 de agosto de 2010
Como en una guitarra
Le tocará al tiempo
eso de decirme
pero
estos segundos que no pasan
o se arrastran
como islas de camalotes que llevan víboras amarillas
El ojo de la rana
comienza a derretirse
después de un rato
de tener el anzuelo
ahí metido.
Pobre culito.
Pobre pedacito de tiempo que no pasa del todo.
El sol
cae en un cuaderno violeta del río.
Todo
pasa
alguna vez
a veces tengo
que decirte cosas que hieren todos los deditos
hasta sangrar.
martes, 24 de agosto de 2010
Ecuador
soñé que viajábamos a un lugar del ecuador,
parecía parte del amazonas
el río era verde
me metía y el agua era cálida
y yo sentía como me rozaban las piernas enormes animales
uno los veía rodeándonos
yo nadaba y nadaba
y salí del agua
seguímos viaje
pasábamos por una ciudad que jamás he visto
(porque nunca fui a ecuador)
y nos decían
en esta parte el río es más claro todavía
y era verdad: era esmeralda
y había unos reptiles
como cocodrilos pero con cara de delfines
mansos caimanes
con vientres casi amarillos
y eran enormes y nadaban también
y comían fruta
nosotros los veíamos como en un acuario pero no
era sólo el río crecido y contenido
hasta nuestra nuca
entonces seguimos viaje
mi mamá manejaba,
mi hermano era chiquito,
y vi entrar en un campamento a alguien que solía amar
lo veía pálido flaco sudoroso pero feliz
y supe que teníamos caminos diferentes pero estaba bien
Estaba en el Ecuador
jueves, 12 de agosto de 2010
Magic Hands
Es un mundo pequeño y no suelen quedarme muchas certezas
pesa el tiempo la historia la vida gris sobre los hombros
y a veces no se entiende cuánto más intento no entiendo
o ya no me importa
a veces sólo quiero callar estas voces
a veces sólo quiero
y te tomo los dedos suavecitos y fríos
y te tomo la muñeca
y recorro hasta tu oreja
un sendero que suena tintinea
como un alambre arrastrándose en la tierra roja
es un camino que olvido para reinventarlo con nuevos nombres
dura apenas un instante
que se extiende como una sábana
y las horas terminan por derrumbarse en el reloj de la sala
La cabeza ladea: nada por aquí nada por allá
la magia no aparece … está dormida en mi regazo
pesa el tiempo la historia la vida gris sobre los hombros
y a veces no se entiende cuánto más intento no entiendo
o ya no me importa
a veces sólo quiero callar estas voces
a veces sólo quiero
y te tomo los dedos suavecitos y fríos
y te tomo la muñeca
y recorro hasta tu oreja
un sendero que suena tintinea
como un alambre arrastrándose en la tierra roja
es un camino que olvido para reinventarlo con nuevos nombres
dura apenas un instante
que se extiende como una sábana
y las horas terminan por derrumbarse en el reloj de la sala
La cabeza ladea: nada por aquí nada por allá
la magia no aparece … está dormida en mi regazo
domingo, 1 de agosto de 2010
Al destinatario indicado
No le llegan tus cartas
de ultramar
y pareciera que ya no le escribís.
Se ha mutado
en pez nocturno
y espera siglos sigilosos con tu nombre
como un patio del océano.
(Puedo pasarte a buscar por la estación
y llegar juntos y viejos
los dos
como un trío furibundo…
A veces escribo para pelearte
o pelarte
como una extraña
al sol…)
Estás en la aproximación
que no empieza
refugio apenas imaginado
de un reino diminuto.
Te sabés bien la retirada del horizonte.
Aunque pueda silbar una o dos canciones
un riff suele ganarle a las palabras
y otra vez
el mensaje se pierde
entre paréntesis de un mundo
sin telepatía.
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