el álamo blanco
no sabe de mi pena
contempla con asombro
la lluvia que ha lavado la tierra y alisa los canteros
se dobla se sacude se yergue como un verso
sólo oye el viento
en el parque
una vez vibré
quise
estar bajo los árboles y ser amor
y fue todo
ripio caótico y filoso
una herida en la piel
profunda
ahí iba
llenando las grietas ontológicas con palabras
vaciando el tiempo antes que sane
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