jueves, 30 de septiembre de 2010

disa ier

Estoy contando una historia o estoy gastando el tiempo
ese
que debería invertir en otras cosas
Los platos siguen sin lavarse, sabés,
la vainilla se  seca
en la mano del heladero
(Guante de látex, casaca verde agua)
Creo que toqué el botón errado otra vez.
La frutilla a la reina
Se pasea entre el living
y la cama que cubre las pelusas perdidas de mi ombligo
Deseo,
antes que nada en lo que pueda detenerme a desear,
deseo
El estado puro de tu ocio.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Medio saldo

tu ejército bucólico
de cositas que no se dicen
tu piedrita oceánica
tu silencio de lata

yo sé cómo tremular diferente
una manzana
no alcanza

hay una fuerza tirando de este cuerpo hacia adelante
la inercia del cráneo
la bola de letras atoradas en la nuca
las alas de mosca

pagamos tan caro la costumbre del peso en la sábana
pagamos tan caro

domingo, 19 de septiembre de 2010

Inconsciente que corta dos veces, corta mejor

El otro día, editaba.
no soy muy buena en eso, sabés.
me cuesta. cortar. corregir. dejar ser. suprimir.

seleccioné
corté
pero en lugar de pegar
volví a cortar
y lo que quería decir primero
desapareció
no había nada que pegar
un agujero
pura ausencia

jamás pude recuperarlo
recuerdo palabra por palabra qué te había escrito
pero me sería imposible
volver a escribirlo.
ya lo sabías igual
ya te lo había dicho
o no.
era un lindo poema, de todas maneras



hay cosas que deben perderse
dejarse perder
si no se han dicho a tiempo
si no se han abierto para dejarse caer
es porque no deberían estar ahí
lo que dije es lo que dije
lo que perdimos es lo que perdimos
lo que dejamos ser, etc.

Agradezco la sabiduría de mi inconsciencia.
hoy, en lugar de esa confesión,
estoy hablando de esta pura ausencia.

hasta que ya no quede nada más que hablar 




jueves, 9 de septiembre de 2010

Pájaros

Las aves se movían frenéticamente contra las rejas finitas de las jaulas
Eran los pájaros más bonitos del mundo
Y todos estaban ahí
silenciados por el encierro
Los había de todo tamaño, color y forma
Todos volaban en silencio
Como si hubieran puesto mute a su queja
Nadie oía ese silencio aturdido
Yo los compraría todos, dije
El viejo me miró con desconfianza
(No era mi abuelo.
Jamás podría haber sido mi abuelo)
¿Ah sí?, dijo.
Tenía poco cabello blanco, los ojos pequeños y vacíos
¿Y qué vas a hacer con tantos bichos?

Los compraría para dejarlos en libertad
El viejo enmudeció
Pálido como una galleta de arroz
No pudo evitar que abriera las jaulas

Yo los compraría todos
Para que sean libres de verdad

Uno a uno
Llenaron la tienda con sus cantitos
yoloscompraríatodos
Una hinchada de plumas y picos
Un recital de rock 
para que sean libres de verdad

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Cerebro de mono


El otro día te hablé cuando estaba viendo mi muerte.
Una doctora con bata azul y yo mirábamos una ecografía de mi corazón. Todas estas lastimaduras, ves, todas estas y este infarto te están matando, qué infarto, cuál, este. Puso su mano azul en mi pecho y  el corazón estaba a punto de salirse. Dolía. No podía respirar. Creí que me moría. Y todo por tomar escamas de pescado sin permiso del rey. A quién se le ocurre.
Por suerte, desperté.
Te hablé y me mirabas. Los ojos grandotes como siempre. Había una aspereza en tu codo, recuerdo. Había un sendero finito hasta tu hombro. Tenías el tórax pequeño. Jamás supe si había encontrado tu boca. O era sólo una mascarita. Era sólo una mascarita.
A veces despertás demasiado lejos de mí como para vernos.

Pero antes de morir, quise hablar con vos.