sábado, 2 de enero de 2016

devenires del deseo

Félix Guattari en una entrevista en 1982 

P ¿Y esa misteriosa «nueva suavidad» de la que usted habla en uno de los textos incluidos en la Revolución molecular?

F.G. La «nueva suavidad» forma parte de esa cuestión que estamos discutiendo todo el tiempo, que es la invención de otra relación -con el cuerpo, por ejemplo-, presente en los devenires-animales. Salir de todos esos modos de subjetivación del cuerpo desnudo , del territorio conyugal, de la voluntad de poder sobre el cuerpo del otro, de la posesión de una franja de edad sobre otra, etc. Por lo tanto, para mí, la nueva suavidad es el hecho de que, efectivamente, un devenir-mujer, un devenir-planta, un devenir-ani­mal, un devenir-cosmos pueden insertarse en los rizomas de modos de semiotización, sin por eso comprometer el desarrollo de una sociedad, el desarrollo de las fuerzas productivas y cosas por el estilo. Quiero decir que, antes, las máquinas de guerra, las máquinas militares, las grandes máquinas industriales eran la única condición para el desarrollo de las sociedades. La fuerza física, la fuerza militar, la afirmación de los valores viriles funciona­ban como garantía de consistencia de una sociedad. Sin ellas, la devastación era total. Esto mismo existe aún en Rusia, en todos los países fascistas, en EEUU, etc. Pero hoy en día, los márgenes (los Marginati), las nuevas formas de subjetividad, también pueden afirmarse en su vocación de administrar la sociedad, de inventar un nuevo orden social, sin que para eso tengan que guiarse por esos valores falocráticos, competitivos, brutales, etc. Pueden expresarse por medio de sus propios devenires del deseo.