sábado, 30 de noviembre de 2013

anoche

anoche
antes de dormir
cuando ya estaba
en la cama
y sentía el cansancio
en los muslos
señal
del agotamiento de todos los caballos de fuerza
anoche
antes de dormir
cuando el vino
la copa de vino diamante que había tomado
me dejaba
la boca perfumada
a pesar del tabaco
y el desasosiego
cerré los ojos
y comencé a escribir un poema
corto
breve
distinto
que tocaba las aristas
de una verdad pequeña
y sencilla
pero muda
de esas que no decimos siempre en voz alta
o que no podemos
porque a veces no podemos explicar
el cansancio me ganó
el talento
y no quise levantarme
no pude no quise no pude
pero traté
de guardar en una cueva los versos
los repetí
como repito
el mantra
la voz que me sostiene
en la mía
en la luz
supe
enseguida
que mañana
es decir
hoy
que ahora
lo habría olvidado todo
y así fue
así es
y está bien
creo
que ocurra el olvido
que la escritura pase a través de ese túnel
y se nutra
del olvido
anoche
escribí poemas
tal vez
únicos
y muertos
así que hoy
estoy escribiendo
sobre el cadáver
de ese rumor
de ese algo que se repitió en mí
que quedó grabado
y que no
y tal vez siempre que escribo
es bajo el encanto
de lo que permanece grabado
y lo que no



miércoles, 27 de noviembre de 2013

cuando el mundo tiembla

me ha dejado aturdida
la desesperación
la línea fina que separa
la vida
de la locura
de la efímera estabilidad de la palabra

por qué la memoria
en su manera de tocarnos
quiere hacer un relato
de todo lo que rompimos con nuestras propias manos

hay un precio que pagar
el silencio mortuorio
del espejo
todo lo que se sostiene
en la sordidez de la noche
todo lo que dejamos
sin decir
como un cuerpo vaciado

la distancia
entre las personas que se han amado
la ausencia
de los que ya no están

lo que vuelve
tiene una manera de latir
un sentido
puesto en incógnitas
todo el tiempo

ahí donde quema
donde escinde
la fisura perpetua de la existencia

hoy no me escuches
creo que es mejor
apagarlo
todo
las pantallas
los discos
quemar los libros
separar la noche del sueño
y echar para atrás
cualquier laberinto
cualquier rodeo
alrededor de lo mismo

levanto el teléfono
para oír
la voz
de los que me traen a este mundo
tomo un vaso de agua
dejo de pensar
en la pena
del extremo
en el infierno del que se ha quedado sin palabras

porque es un momento
porque mañana
el sol
seguirá su curso
y el mundo y su derroche
y no pueden vencernos
maestro
cuando tenemos un segundo ganado a la eternidad
podrán golpearnos
y darnos fuerte
pero no podrán vencernos

lo que se transforma
se transforma para siempre
no tiene vuelta atrás
no tiene retorno
sobre sí mismo
aun cuando
el mal se avecine
ya no será el mismo

dejá tu cabeza en mis manos
dejá que tus palabras
salgan
de la boca
dejá que la música sane
y todo siga el camino de la luna
que nunca nunca nunca
es el del olvido

lunes, 18 de noviembre de 2013

evanescencia del amor

tus ojos entre líneas grises
la línea de tu espalda
lo único que pienso
desde hace un tiempo
bajo la cortina del montón de cosas que pienso
ahora todo es un despojo
o el alivio de los cauces
 cuando encuentran su camino

estar en casa
es generar basura de la que no vuelve a la tierra
y también silencio
caigo en la consciencia de mi boca
que no se abre
si no es para beber
si no es para beber
una voz que crece por dentro
a veces
es tanto
que huyo
pero todos lo hacemos

quién habrá llamado hoy
mientras caminaba
bajo el sol del parque
me pregunto
y cruzo la puerta de la terraza a la noche
pero eso no importa
eso ya no importa
hay que soltar
los números desconocidos y la angustia
la distancia entre los cuerpos
nunca es la distancia de las almas
y saber
algo más
y por eso callar

porque estamos en este mundo
y nos lastimamos
para saber si la vida
va por este lado
o no
yo no voy a juzgarte
no voy a levantar barreras
ya no tengo batallas
que ganar
porque las gané todas
cuando supe mi nombre
ese nombre
el de la verdad

ahora quiero que vuelva a sonar el teléfono
pero todo es silencio
ahora leo los poemas escritos a tu sombra
y creo que lloro
la liviandad de la felicidad
pesa más
un poco más
con tantas lágrimas

le dejo al universo
el resto
yo suelto
y por eso sé
que amo porque suelto
porque dejo ir tu cuerpo
amo porque tomo el último beso
que nos dimos
como la oportunidad para cederte
para cederlo todo
y no
porque pesa más la paz de mi alma
y mis palabras
que cualquier dolor

tengo grabado
el ligero roce de tus manos en mi memoria
a veces es un susurro
o la presencia del calor
a través de las paredes
me estorban estas ropas
quiero dormir bajo el sol y la luna y el tiempo
quiero dejar la pena
y dormir
ya no estoy
acumulando noches
ni pienso en la ilusión vana
que deja su estela en el agua
yo sostengo la verdad de mi vida
sobre pilares evanescentes
porque sé
que el amor no puede matar la libertad
 de los cuerpos
y hay que pagar ese riesgo

Sé que amo porque suelto sé que amo porque suelto


sábado, 16 de noviembre de 2013

sueño con un abrigo hecho de peces

sueño con un  abrigo plateado
frazadas  de hilos ligeros
de esos que traen desde la India
de esos que los magos
tejen en la noche
de la luna madre
porque la noche
es la boca abierta del desierto a punto de tragarlo todo
ahí ves
está tu casa
ahí
en la lejana cinta de la galaxia

sueño con  los habitantes mudos del mar
las lenguas
 mutan sus escamas
y de mi boca
brotan canciones
en italiano
como si recordara
de pronto
el movimiento del barco
que trajo parte de mi ser
a estas costas
o el disfraz
del celuloide que me engaña
y converso
sin el oceáno en medio de nuestra distancia
descubrí
a fuerza de visitar puertos y  despedidas
cuán frágil
puede ser  el espacio
cuando dos se aman

sueño un abrigo hecho de peces
cubriendo mi cama
una tumba silenciosa
que no puedo pronunciar
sueño con la luz intocable
sueño con la casa abierta del mar


lunes, 11 de noviembre de 2013

once es un número maestro

sostengo la planta de mis pies
sobre el suelo
con frío
siento
en ese frío
la necesidad de aprender a abrigarme
cuando el viento sopla
bajo las nubes
y parecen que se mueven las estrellas
con la música
pero no
es tu vida
la que se mueve y también
es tu vida la que se sostiene
erguida en el frío
el gusto
por la nostalgia del agua y del hielo
que traigo desde lejos

a veces saber
es una soledad enorme
y ver pasar las horas
frente al mar de luces que se van más allá de las torres
y la calle empedrada
me deja muda
y con la fatiga de las horas sobre los párpados:
me pesan
cada vez más
los días

una vez
alguien me dijo
que mi número
era el once
número maestro
me dijo
y me habló de la soledad de los muros
y los libros blancos
de la luz
y la enseñanza
y los caminos
te bastas
me dijo
y lloré
no le dije nunca a nadie
la verdad
pero lloré
porque a veces
ver
la verdad
es doloroso
siempre lo es
porque aceptarse
en el signo de lo que comprendemos
pero olvidamos
se parece
a una  muerte

morimos dentro de nosotros mismos
para nacer
de la piel
que dejamos
quemar
quermarnos
hasta arder
o hasta latir
que debe ser lo mismo

desde este faro
donde vibran los rumores de la ciudad
bajo el silencio incauto
desde esta torre
de palabras

el fuego se apaga
cuando
todo se ha convertido en cenizas